miércoles, 10 de septiembre de 2014

Entrada 54. ¿Su profesor de Pilates está certificado por cuál escuela? Certificación de pilates internacional vs. local

Hace un poco de más de diez años recuerdo mi entusiasmo cuando asistía regularmente a dos clases por semana de Pilates Allegro con el mismo instructor en uno de los gimnasios más elitescos y caros de Caracas. Recuerdo mi sorpresa cuando llevábamos meses practicando sin faltar a una sola clase, cuando el primo del instructor me dijo: "Esto no es Pilates, Pedro, tengo que llevarte a un estudio profesional para que veas las máquinas y un centro y una escuela de verdad".
Quedé muy curioso porque si aquello que se llamaba Pilates Allegro y se practicaba en unas máquinas en el gimnasio, ¿entonces que habíamos practicado hasta ese momento?
Luego de un año asistiendo a la sede de Polestar en Caracas pude entender que en aquel gimnasio elitesco habíamos practicado fitness con forma de pilates, de hecho nuestro instructor en aquel gimnasio llegó a hacer algún fin de semana de algún curso de Polestar, pero nunca se examinó, de hecho no le interesaba ser un profesional del pilates, luego hizo cursos de TRX y del largo etcétera que continúa ofreciendo la multimillonaria industria del fitness
Hay instructores de pilates actualmente que siguen el camino idéntico, sin profesionalizarse, sin examinarse, y continúan formándose (o no) en la industria menos millonaria de la danza y el movimiento.
Cuando me vi involucrado profesionalmente con el pilates, primero como propietario de un estudio y luego como profesor regular, asistí, en 2005, a la V Conferencia Internacional de la PMA en Palm Springs, California, y me di cuenta de todo lo que me faltaba por aprender:

  1. Aprender a moverme: En mis primeros cursos como estudiante de Polestar, impartidos por la inolvidable Rosa Pasarin, aprendí las coordenadas para moverme y a pensar cómo y por qué moverme cuando hacía pilates. 
  2. Aprender a enseñar: Luego en mi formación con Polestar en España se profundizó mucho más el aprendizaje del movimiento y de la enseñanza del movimiento inteligente.
  3. Enseñar a aprender: Hace un par de cursos comencé mi proceso como "Mentor en formación" en Barcelona. No fue hasta el final de este último verano en Oviedo que no pude percatarme de un hecho indetenible: Estamos formando en España un equipo de profesionales jóvenes que están aprendiendo a enseñar a otros a moverse y aprender el pilates.
  4. Enseñar a enseñar: Luego de un proceso que demora en promedio unos diez años, a veces menos, Polestar estima que un profesor examinado de la escuela y que ha tenido horas acumuladas de enseñanza y aprendizaje durante todo ese período, entonces puede ser candidato para ser entrenado como educador.
Todo esto que parece un juego de palabras es lo que justamente me motiva a escribir esta entrada. 
Cantidad de escuelas que se multiplican como setas en España ofreciendo directamente el cuarto punto: "Enseñar a enseñar",  y algunos llegan a ofrecer una salida laboral inmediata. 
También tengo colegas que si no ofrecen lo anterior, imparten monográficos o workshops de un día para otros profesores porque ven una oportunidad de negocio, un sobresueldo seguro, vamos, y con resultados locales.
El peligro de apuntarse a una escuela local, es que luego de haber gastado menos dinero que una escuela internacional, a la larga, el estudiante puede llegar a darse cuenta que quienes lo enseñaron a enseñar le dan un diploma y unos manuales que son válidos en la ciudad en la que recibió el curso, pero que quizás no lo sean si decide salir de la ciudad y mucho menos de España.
El debate de por qué en España el pilates es una formación no reglada es completamente adicional al propósito de esta entrada y justamente es la argumentación principal de algunas de las escuelas locales.
También es cierto que hay estudiantes de alguna escuela internacional que pueden quedarse boquiabiertos porque descubren una manera de enseñar mucho más pedagógica y efectiva que en la que se formaron originalmente, pero esto ya se trata de gustos, afinidades y preferencias.
Y aún así, reconozco que hay increíbles excepciones, por ejemplo un colega ex Máster Trainer de una de las escuelas internacionales más exitosas ha ido creando su propio método inspirado en el pilates: el entorno de una escuela local, pero con un alcance holístico del conocimiento que se imparte y mucha, muchísima experiencia de quien lo imparte.
En lo diametralmente opuesto hay quien todavía vende sus cursos en bañador o da clases con jersey de cuello alto blanco como Joe. Siempre habrá para todos los gustos...
Yo de momento soy capaz de saltar casi diariamente de mi fase de "Aprender a aprender" a mi fase de "Enseñar a aprender" y viceversa. 
Aprender a aprender estaría antes del apartado número 1 mencionado más arriba. A muchos de mis compañeros en Oviedo este verano los sentí con esa actitud, con esas ganas. De hecho nuestra contraseña para entendernos en medio de todo este panorama de escuelas y enseñanzas en España es decir de viva voz: #SoyPolestar.